25/26 de septiembre'10. Perros del Ebro 2010. PINA DE EBRO.
Publicat: dc., 29 set. 2010, 10:58
Bueno... como ésta promete ser una crónica extensa... la colgaré por partes, según la vaya escribiendo...
Perros del Ebro 2010.
1ª Parte.
Salida y llegada.
Cuatro menos cuarto del sábado veintidós de septiembre. Me levanto ilusionado y emocionado a partes iguales, por la inminente ruta que vamos a iniciar en AMICUS.
La –tradicional ya- ruta a Pina de Ebro! Concretamente, a vivir un pedazo de concentración como es, Perros del Ebro.
Aunque este año tenemos planeado incluir –por fin- una excursioncilla a Belchite…
Excursión que en los años anteriores, por H o por B, no se ha podido realizar. Y este año… tampoco. (Sic)
Pero bueno, vayamos por partes… que la crónica que aquí nos ocupa, tiene miga. Así que intentaremos poner orden y concierto al correcto y cronológico relato de los hechos… para no dejarnos –en la medida de lo posible- tinta alguna en el tintero, de cuanto nos acaeció aquél fin de semana de finales de septiembre de dos mil diez.
Después de rezar cuanto sabíamos a los dioses de la carretera, el petróleo, y los hierros… Y de ofrecer –por si acaso- el sacrificio de un cabrito –que no cabrón- al Gran Manitou… Éste se apiadó de nosotros, y nos concedió un fin de semana limpio e inmaculado, con un sol de justicia, que de no haber sido por el viento, hubiera derretido piedras y pedrolos por doquier.
Y menos mal… porque a dos días de la salida, no lo teníamos nada claro…
La mañana empezó fresquita. Y tras acicalarme como marcan los cánones, partí para el parking.
Tranquilo… pues la tarde antes ya habíamos dejado las motos preparadas con los bártulos, trastos, y demás enseres. Sólo restaba coronarlas con las banderas…
Allí debía encontrarme con Tito, para partir juntos hacia el encuentro con Escacs, en Igualada.
Así pues, no serían más de las cinco y veinte cuando Bilú It y Águila Negra, salían orgullosas del parking subterráneo… no menos ilusionadas que sus dueños. Poniendo rumbo al Penedès, y dispuestas a pasar dos días a la intemperie… gozando de la brisa del asfalto, la libertad y la alegría.
Mi pequeña, tenía una cantidad incierta de carburante. Así que pensé en llenar por si acaso, en Canyelles… Pero dicha gasolinera estaba cerrada. Lo dejé para Sant Miquel d’Olèrdola… pero también estaba chapada…! Así que pasamos Vilafranca del Penedès… y tiramos por la C-15, pasando por Puig d’Àlber. Que tampoco estaba operativa…!! Bufff…
Con lo cual, seguimos ruta… pensando que si en cualquier momento me entraba la reserva, a la distancia que estábamos del punto de encuentro, ya era seguro que podríamos llegar… je, je, je…
Y así fue como llegamos al Canaletes. Y para sorpresa mía y de Tito, Escacs no había llegado todavía.
Con lo cual, nos pedimos los cafelotes –carajillo para mí- y un par de esos excelentes y exquisitos croissants de mantequilla que allí preparan. Disponiéndonos a tomar “el desayuno de los campeones”!!
Tito se levantó a pedir dos croissants más –que es que con uno vamos cojitos-, y en ese punto, llegaba Escacs a lomos de una impresionante y estupenda Drag Star 1100.
Quien, contando que salíamos a las seis de Vilafranca… también se sorprendió de vernos allí…
Pero claro, no teniendo que recoger a nadie en la capital de l’Alt Penedès, pasamos por allí cuando serían las cinco y treinta y siete. Y llegamos, sensiblemente pronto a la capital de l’Anoia.
La señora de la barra, dura de bemba como era, le dio a Tito dos cortados… y éste le tuvo que repetir que lo que quería eran croissants.
Así que, para atrás los cafeles… y más cuernos para nosotros!! Je, je, je… Que hay que coger fuerzas para la ruta…
Total, que serían aproximadamente las siete de la mañana, cuando nos levantábamos de la mesa… y nos dispusimos a llenar los depósitos de nuestras bichas, en la gasolinera que hay en frente del local.
Allí, una abueleta catalana… confundió la bandera Republicana que llevo, con la italiana!!
Aunque en su defensa, diré que cuando la saqué de su “lapsus”… me confesó –en petit comité- que ella también ansía la llegada de La Tercera…
Y empezó la verdadera ruta!!!
Justo antes de llegar a Igualada… oí que mi pequeña hacía un ruido muy raro… Estridente, agudo, y repetitivo. Como un hierro roto… Y lo atribuí a un posible problema con el tubo. Pensando que quizá se había rajado la tripa. (El silencioso)
Pero al volver a arrancar, me di cuenta que el sonido provenía del motor, y pensé que quizá se iría como vino, porque al ralentí, no se oía apenas.
Y es que a veces, estos motores prehistóricos… tienen estos fenómenos inexplicables. Y así quedó la cosa…
Cuan errado estaba!!
Como decía… empezó la verdadera ruta… saliendo los tres de Igualada.
Tomando la popular A2, y poniendo la proa de las tres naves hacia tierras aragonesas!!
Delante –pa’ que no se espante-, me coloqué yo.
Seguidamente, Tito. Con su ciento veinticinco, marcando el ritmo de la rodada…
Y cerrando el grupo, en la posición de Moto Escoba, Escacs. Con una moto capaz de parar el grupo en cualquier momento.
Y de este modo, fuimos devorando kilómetro tras kilómetro. Sin prisa, pero sin pausa…
Hasta que el culo –el mío particularmente-, me hizo anhelar una pausa pitillera… y eso hice. Parar.
Coloqué el intermitente… y uno tras otro, nos fuimos parando en el arcén. Bien alejados de la vía, dispuestos a descansar unos minutos.
Faltaban solo veintiséis kilómetros para Fraga. Así que sabíamos que la pausa bocadillera la haríamos en breve… Pero aún así, si el culo lo pide, hay que concederle gracia… je, je, je…
La idea era que para el almuerzo, pararíamos en el mismo sitio que paramos el año pasado. Yo sabía que estaba por Fraga.
Así que cuando arrancamos, dije que en Fraga pararíamos… pero no fue así.
Yo sabía que tarde o temprano veríamos la gasolinera de marras, que sólo yo podría reconocer…
Y no la vi por ninguna parte!
Pasamos Fraga Norte… Fraga Sur… Fraga de arriba… de abajo, de lado, de perfil… A tomar por culo Fraga… y nada! Que no veía la puñetera gasolinera…!
De repente, tres motos se dispusieron a adelantar el grupo.
Algo que no tiene mayor importancia… si no fuera que no era así. Pues lo que pretendían en realidad, era agregarse al grupo!
Con lo cual, lo hicieron completamente al revés. Pues si lo que uno quiere hacer, es sumarse a un grupo de ruta… debe hacerlo por detrás. Es decir, por la cola.
Pero bueno, aunque éste es un detalle que ya “debería” conocer cualquiera… no profundizaré demasiado en él, pues no tuvo mayores consecuencias que cambiar el ritmo del grupo, y hacer frenara más de uno.
Para otra vez, ya lo harán mejor…
Pasamos, como digo, de tres a seis motos. Y es que Miguel y sus dos acompañantes, se disponían a seguir ruta con nosotros, hasta Pina.
Donde tenían pensado pasar media mañana, para luego regresar a casa.
Pocos kilómetros más tarde, llegamos a la gasolinera acordada para llenar los buches.
Menos mal!! Pues yo ya tenía serias dudas, por si me la había pasado… Aunque en mi interior sabía que no era así.
Pero como no la recordaba tan lejos de Fraga…
Llegamos pues, a la gasolinera. Y como de las dos que hay, solo funciona la del otro lado de la carretera… tuvimos que hacer una pequeña infracción para cruzar ésta, y situarnos en el lado correcto.
Aparcamos las burras en el parking para camiones, dispuestos a ir a por un refresco… y empezar a almorzar.
Nuestros nuevos compañeros de ruta, lo hicieron junto al bar. Pues ellos almorzarían dentro.
Y es que nosotros, que pasaríamos dos días fuera de casa, habíamos decidido llevar unos bocadillos hechos, para economizar –cuanto menos- en esa comida.
Después de dar buena cuenta de los bocatas, entramos –como habíamos prometido- a echar el cafelote con ellos.
Café al que nos convidó Miguel, regalándonos además, su grata compañía.
Listos ya como estábamos, del almuerzo… decidimos que ya era hora de partir. Así que cada uno fue a buscar su burra… y nos fuimos encontrando –uno por uno- en la gasolinera.
Donde solo había un par de surtidores de gasolina… y por eso, nos pusimos todos en fila.
Pero se conoce que algunos no saben qué es guardar el orden, y aunque yo estaba justo detrás de Miguel… ni corto ni perezoso, cuando Miguel terminó de llenar su magnífica Nighter 1200… se pasó por el forro de los cojones el orden de la cola y mi presencia, y se puso a llenar él…! Manda huevos…
No sé si lo hizo por mostrar su nueva montura, o por demostrar su falta de educación. Pero lo que está claro –y lo demostraría más tarde-, es que no tiene ni idea de guardar el orden en un grupo.
Esté éste circulando, o llenando en una gasolinera…
Antes de salir, reorganizamos el grupo. Pues circulando con motos más lentas… éstas son las que han de marcar el ritmo de la rodada.
Y eso, se consigue colocándolas justo detrás del Capitán de Ruta.
Así pues, anunciamos que yo seguiría delante. Tito, por detrás de mío… seguido por el resto de motos. Y Escacs, de nuevo, cerrando el grupo y guardando su perfecto orden.
Pero no tardó, cierto personaje al que me refería antes, a adelantar su posición… colocarse delante de Tito… Y no contento con esto, encima, en los tramos donde Tito podía coger más velocidad a lomos de su pequeña Águila Negra… le frenaba…!!
Si es que…
Pocos kilómetros llevábamos recorridos, cuando vi a un grupito adelantándonos.
Eran los amigos Birraiders!!!
Quienes no se unieron al grupo, porque les esperaban en Pina. Pero no pasa nada… porque hay más días que ollas para compartir ruta… je, je, je…
Y en Pina, ya tendríamos ocasión para compartir mesa, cervezas, y lo que hiciera falta…!
Nosotros, seguimos pasito a pasito… al ritmillo, acercándonos cada vez más, al pueblo de los compañeros Perros del Ebro.
A quienes también vi. O eso creo... Fue un par de motos que circulaban en dirección contraria. Y -si no me equivoco- les vi en el pecho el escudo de Wanderers...
La verdad es que en toda la concentra no vi a ninguno de ellos.
Así que, o bien me pareció verles... o tal vez sólo fueron el viernes...
En un momento dado, descubrí que el grupo se quedaba atrás, y Escacs acudía raudo a detenerme. (Ésta maniobra, sí la hicimos perfecta y ordenadamente. Y es de agradecer…)
La razón era Tito. Cuya moto se detuvo sin más. Pero por fortuna, parece que fue solo un susto… y pudimos reanudar nuevamente la marcha en pocos minutos.
Aunque, para nuestro asombro… la mejora fue solo pasajera. Y en unos kilómetros, se repetía la historia… deteniendo el grupo a lo largo del arcén de la Nacional II.
Un coche se detuvo delante de mí, con los warning en marcha, para preguntar si necesitábamos ayuda. Era Juanma!! De Birraiders!!!
Que reconociendo nuestro “Hipo”, se paró a echar un cable si fuera menester.
Pero tratándose de un percance –de momento- indefinido, aunque aparentaba ser pasajero… E informándole como le informé, que Osito y los demás ya habían pasado… Le animé a que siguiera ruta sin problemas. Pues ya llegaríamos…
Desde luego, ésta gente de Birraiders, son cojonudos todos ellos.
Buenos moteros, y mejores compañeros… los mires por donde los mires…!
Como la moto de Tito –esta vez – no parecía recuperarse… resolvimos que lo mejor sería tirar un poco más adelante, donde había una entrada al campo… y esperar allí. Pues tenía toda la pinta de ser un recalentón…
Y como los otros tres compañeros, tenían intención de subir y bajar el mismo día –de hecho, tenían intención de marchar a la una-, Escacs les sugirió que tiraran para Pina.
Pues aquello no sabíamos cómo acabaría… ni como se resolvería.
Así, que allí nos tenéis… echando un pitillo… y esperando a que la moto se enfríe…. (Cosa que fue bastante rápido, porque allí hacía un ventorro, que cortaba el forro…!)
Pero la moto de Tito, no arrancaba…
Paró una furgoneta, por si necesitábamos ayuda… Pero contándole nuestra teoría del recalentón, decidió seguir ruta, no sin antes –y en honor a la tricolor que ondeaba en mi moto-, soltar un sonoro: “Viva la República!”
Bueno… la moto de Tito no arrancaba… hasta que nos dio por tocar la llave, y ponerla en PRI…!
Momento en el que arrancó!! Albricias!!!
Con que, ni cortos ni perezosos… ya nos tenéis a los tres de nuevo en la ruta, hasta que “la niña” volvió a salirle de los cilindros pararse… (Sic)
Yo, aventurero soñador como soy, saqué unos de los pulpos que sujetaban la tienda… para atar la moto de Tito a la mía, y remolcarla hasta Pina por el arcén.
Pues ciertamente, quedaban menos que poquitos kilómetros…
Pero al bueno de Escacs, no le dio tiempo a poner los intermitentes para señalizar la maniobra… cuando el pulpo –que tenía sus añitos-, petó sin compasión… cuando la Intruder de Tito apenas había recorrido unos centímetros…!!
Hasta los huevos, le di la vuelta a la llave de paso de la gasolina, “creyendo” ponerla en reserva… y de nuevo arrancó, para pararse en unos centenares de metros…
Qué suplicio!! Mecagüenlaputa!!!
Pero ahí, Tito estuvo largo, y se dio cuenta de mi error… volviendo a colocar la llave –ésta vez sí- en posición de reserva.
Con lo cual, la moto arrancó sin problemas… y pudimos tirar para Pina sin más paradas!!! Yuju!!!
Y así, fue como dimos con el porqué de las cosas… je, je, je…
Resulta, que Tito no llenó el depósito como hicimos todos tras el almuerzo.
Convencido de conocer la autonomía de su vehículo, no cayó en la cuenta que en algunos tramos, se veía obligado a bajar marchas, y meter gas… Y en esas circunstancias, el consumo se dispara descontroladamente. Y claro, se quedó sin gasolina…
Pero como esa no era una posibilidad a tener en cuenta, cuando la moto apenas había recorrido un sesenta por ciento de su autonomía habitual… Tuvimos que descubrirlo por deducción y evidencia… je, je, je…
Total, que Tito dudo yo que vuelva a quedarse sin llenar la próxima vez que paremos todos… Pues menudo susto se llevó!!
Pero en fin. Bien está lo que bien acaba…
Y así fue como llegamos a Pina, marcando un nuevo récord en nuestras rutas:
Tito y yo, salimos de Sitges a las cinco y veinte de la mañana… y llegábamos a Pina, casi siete horas más tarde…!!! Je, je, je…
Continuará...
Perros del Ebro 2010.
1ª Parte.
Salida y llegada.
Cuatro menos cuarto del sábado veintidós de septiembre. Me levanto ilusionado y emocionado a partes iguales, por la inminente ruta que vamos a iniciar en AMICUS.
La –tradicional ya- ruta a Pina de Ebro! Concretamente, a vivir un pedazo de concentración como es, Perros del Ebro.
Aunque este año tenemos planeado incluir –por fin- una excursioncilla a Belchite…
Excursión que en los años anteriores, por H o por B, no se ha podido realizar. Y este año… tampoco. (Sic)
Pero bueno, vayamos por partes… que la crónica que aquí nos ocupa, tiene miga. Así que intentaremos poner orden y concierto al correcto y cronológico relato de los hechos… para no dejarnos –en la medida de lo posible- tinta alguna en el tintero, de cuanto nos acaeció aquél fin de semana de finales de septiembre de dos mil diez.
Después de rezar cuanto sabíamos a los dioses de la carretera, el petróleo, y los hierros… Y de ofrecer –por si acaso- el sacrificio de un cabrito –que no cabrón- al Gran Manitou… Éste se apiadó de nosotros, y nos concedió un fin de semana limpio e inmaculado, con un sol de justicia, que de no haber sido por el viento, hubiera derretido piedras y pedrolos por doquier.
Y menos mal… porque a dos días de la salida, no lo teníamos nada claro…
La mañana empezó fresquita. Y tras acicalarme como marcan los cánones, partí para el parking.
Tranquilo… pues la tarde antes ya habíamos dejado las motos preparadas con los bártulos, trastos, y demás enseres. Sólo restaba coronarlas con las banderas…
Allí debía encontrarme con Tito, para partir juntos hacia el encuentro con Escacs, en Igualada.
Así pues, no serían más de las cinco y veinte cuando Bilú It y Águila Negra, salían orgullosas del parking subterráneo… no menos ilusionadas que sus dueños. Poniendo rumbo al Penedès, y dispuestas a pasar dos días a la intemperie… gozando de la brisa del asfalto, la libertad y la alegría.
Mi pequeña, tenía una cantidad incierta de carburante. Así que pensé en llenar por si acaso, en Canyelles… Pero dicha gasolinera estaba cerrada. Lo dejé para Sant Miquel d’Olèrdola… pero también estaba chapada…! Así que pasamos Vilafranca del Penedès… y tiramos por la C-15, pasando por Puig d’Àlber. Que tampoco estaba operativa…!! Bufff…
Con lo cual, seguimos ruta… pensando que si en cualquier momento me entraba la reserva, a la distancia que estábamos del punto de encuentro, ya era seguro que podríamos llegar… je, je, je…
Y así fue como llegamos al Canaletes. Y para sorpresa mía y de Tito, Escacs no había llegado todavía.
Con lo cual, nos pedimos los cafelotes –carajillo para mí- y un par de esos excelentes y exquisitos croissants de mantequilla que allí preparan. Disponiéndonos a tomar “el desayuno de los campeones”!!
Tito se levantó a pedir dos croissants más –que es que con uno vamos cojitos-, y en ese punto, llegaba Escacs a lomos de una impresionante y estupenda Drag Star 1100.
Quien, contando que salíamos a las seis de Vilafranca… también se sorprendió de vernos allí…
Pero claro, no teniendo que recoger a nadie en la capital de l’Alt Penedès, pasamos por allí cuando serían las cinco y treinta y siete. Y llegamos, sensiblemente pronto a la capital de l’Anoia.
La señora de la barra, dura de bemba como era, le dio a Tito dos cortados… y éste le tuvo que repetir que lo que quería eran croissants.
Así que, para atrás los cafeles… y más cuernos para nosotros!! Je, je, je… Que hay que coger fuerzas para la ruta…
Total, que serían aproximadamente las siete de la mañana, cuando nos levantábamos de la mesa… y nos dispusimos a llenar los depósitos de nuestras bichas, en la gasolinera que hay en frente del local.
Allí, una abueleta catalana… confundió la bandera Republicana que llevo, con la italiana!!
Aunque en su defensa, diré que cuando la saqué de su “lapsus”… me confesó –en petit comité- que ella también ansía la llegada de La Tercera…
Y empezó la verdadera ruta!!!
Justo antes de llegar a Igualada… oí que mi pequeña hacía un ruido muy raro… Estridente, agudo, y repetitivo. Como un hierro roto… Y lo atribuí a un posible problema con el tubo. Pensando que quizá se había rajado la tripa. (El silencioso)
Pero al volver a arrancar, me di cuenta que el sonido provenía del motor, y pensé que quizá se iría como vino, porque al ralentí, no se oía apenas.
Y es que a veces, estos motores prehistóricos… tienen estos fenómenos inexplicables. Y así quedó la cosa…
Cuan errado estaba!!
Como decía… empezó la verdadera ruta… saliendo los tres de Igualada.
Tomando la popular A2, y poniendo la proa de las tres naves hacia tierras aragonesas!!
Delante –pa’ que no se espante-, me coloqué yo.
Seguidamente, Tito. Con su ciento veinticinco, marcando el ritmo de la rodada…
Y cerrando el grupo, en la posición de Moto Escoba, Escacs. Con una moto capaz de parar el grupo en cualquier momento.
Y de este modo, fuimos devorando kilómetro tras kilómetro. Sin prisa, pero sin pausa…
Hasta que el culo –el mío particularmente-, me hizo anhelar una pausa pitillera… y eso hice. Parar.
Coloqué el intermitente… y uno tras otro, nos fuimos parando en el arcén. Bien alejados de la vía, dispuestos a descansar unos minutos.
Faltaban solo veintiséis kilómetros para Fraga. Así que sabíamos que la pausa bocadillera la haríamos en breve… Pero aún así, si el culo lo pide, hay que concederle gracia… je, je, je…
La idea era que para el almuerzo, pararíamos en el mismo sitio que paramos el año pasado. Yo sabía que estaba por Fraga.
Así que cuando arrancamos, dije que en Fraga pararíamos… pero no fue así.
Yo sabía que tarde o temprano veríamos la gasolinera de marras, que sólo yo podría reconocer…
Y no la vi por ninguna parte!
Pasamos Fraga Norte… Fraga Sur… Fraga de arriba… de abajo, de lado, de perfil… A tomar por culo Fraga… y nada! Que no veía la puñetera gasolinera…!
De repente, tres motos se dispusieron a adelantar el grupo.
Algo que no tiene mayor importancia… si no fuera que no era así. Pues lo que pretendían en realidad, era agregarse al grupo!
Con lo cual, lo hicieron completamente al revés. Pues si lo que uno quiere hacer, es sumarse a un grupo de ruta… debe hacerlo por detrás. Es decir, por la cola.
Pero bueno, aunque éste es un detalle que ya “debería” conocer cualquiera… no profundizaré demasiado en él, pues no tuvo mayores consecuencias que cambiar el ritmo del grupo, y hacer frenara más de uno.
Para otra vez, ya lo harán mejor…
Pasamos, como digo, de tres a seis motos. Y es que Miguel y sus dos acompañantes, se disponían a seguir ruta con nosotros, hasta Pina.
Donde tenían pensado pasar media mañana, para luego regresar a casa.
Pocos kilómetros más tarde, llegamos a la gasolinera acordada para llenar los buches.
Menos mal!! Pues yo ya tenía serias dudas, por si me la había pasado… Aunque en mi interior sabía que no era así.
Pero como no la recordaba tan lejos de Fraga…
Llegamos pues, a la gasolinera. Y como de las dos que hay, solo funciona la del otro lado de la carretera… tuvimos que hacer una pequeña infracción para cruzar ésta, y situarnos en el lado correcto.
Aparcamos las burras en el parking para camiones, dispuestos a ir a por un refresco… y empezar a almorzar.
Nuestros nuevos compañeros de ruta, lo hicieron junto al bar. Pues ellos almorzarían dentro.
Y es que nosotros, que pasaríamos dos días fuera de casa, habíamos decidido llevar unos bocadillos hechos, para economizar –cuanto menos- en esa comida.
Después de dar buena cuenta de los bocatas, entramos –como habíamos prometido- a echar el cafelote con ellos.
Café al que nos convidó Miguel, regalándonos además, su grata compañía.
Listos ya como estábamos, del almuerzo… decidimos que ya era hora de partir. Así que cada uno fue a buscar su burra… y nos fuimos encontrando –uno por uno- en la gasolinera.
Donde solo había un par de surtidores de gasolina… y por eso, nos pusimos todos en fila.
Pero se conoce que algunos no saben qué es guardar el orden, y aunque yo estaba justo detrás de Miguel… ni corto ni perezoso, cuando Miguel terminó de llenar su magnífica Nighter 1200… se pasó por el forro de los cojones el orden de la cola y mi presencia, y se puso a llenar él…! Manda huevos…
No sé si lo hizo por mostrar su nueva montura, o por demostrar su falta de educación. Pero lo que está claro –y lo demostraría más tarde-, es que no tiene ni idea de guardar el orden en un grupo.
Esté éste circulando, o llenando en una gasolinera…
Antes de salir, reorganizamos el grupo. Pues circulando con motos más lentas… éstas son las que han de marcar el ritmo de la rodada.
Y eso, se consigue colocándolas justo detrás del Capitán de Ruta.
Así pues, anunciamos que yo seguiría delante. Tito, por detrás de mío… seguido por el resto de motos. Y Escacs, de nuevo, cerrando el grupo y guardando su perfecto orden.
Pero no tardó, cierto personaje al que me refería antes, a adelantar su posición… colocarse delante de Tito… Y no contento con esto, encima, en los tramos donde Tito podía coger más velocidad a lomos de su pequeña Águila Negra… le frenaba…!!
Si es que…
Pocos kilómetros llevábamos recorridos, cuando vi a un grupito adelantándonos.
Eran los amigos Birraiders!!!
Quienes no se unieron al grupo, porque les esperaban en Pina. Pero no pasa nada… porque hay más días que ollas para compartir ruta… je, je, je…
Y en Pina, ya tendríamos ocasión para compartir mesa, cervezas, y lo que hiciera falta…!
Nosotros, seguimos pasito a pasito… al ritmillo, acercándonos cada vez más, al pueblo de los compañeros Perros del Ebro.
A quienes también vi. O eso creo... Fue un par de motos que circulaban en dirección contraria. Y -si no me equivoco- les vi en el pecho el escudo de Wanderers...
La verdad es que en toda la concentra no vi a ninguno de ellos.
Así que, o bien me pareció verles... o tal vez sólo fueron el viernes...
En un momento dado, descubrí que el grupo se quedaba atrás, y Escacs acudía raudo a detenerme. (Ésta maniobra, sí la hicimos perfecta y ordenadamente. Y es de agradecer…)
La razón era Tito. Cuya moto se detuvo sin más. Pero por fortuna, parece que fue solo un susto… y pudimos reanudar nuevamente la marcha en pocos minutos.
Aunque, para nuestro asombro… la mejora fue solo pasajera. Y en unos kilómetros, se repetía la historia… deteniendo el grupo a lo largo del arcén de la Nacional II.
Un coche se detuvo delante de mí, con los warning en marcha, para preguntar si necesitábamos ayuda. Era Juanma!! De Birraiders!!!
Que reconociendo nuestro “Hipo”, se paró a echar un cable si fuera menester.
Pero tratándose de un percance –de momento- indefinido, aunque aparentaba ser pasajero… E informándole como le informé, que Osito y los demás ya habían pasado… Le animé a que siguiera ruta sin problemas. Pues ya llegaríamos…
Desde luego, ésta gente de Birraiders, son cojonudos todos ellos.
Buenos moteros, y mejores compañeros… los mires por donde los mires…!
Como la moto de Tito –esta vez – no parecía recuperarse… resolvimos que lo mejor sería tirar un poco más adelante, donde había una entrada al campo… y esperar allí. Pues tenía toda la pinta de ser un recalentón…
Y como los otros tres compañeros, tenían intención de subir y bajar el mismo día –de hecho, tenían intención de marchar a la una-, Escacs les sugirió que tiraran para Pina.
Pues aquello no sabíamos cómo acabaría… ni como se resolvería.
Así, que allí nos tenéis… echando un pitillo… y esperando a que la moto se enfríe…. (Cosa que fue bastante rápido, porque allí hacía un ventorro, que cortaba el forro…!)
Pero la moto de Tito, no arrancaba…
Paró una furgoneta, por si necesitábamos ayuda… Pero contándole nuestra teoría del recalentón, decidió seguir ruta, no sin antes –y en honor a la tricolor que ondeaba en mi moto-, soltar un sonoro: “Viva la República!”
Bueno… la moto de Tito no arrancaba… hasta que nos dio por tocar la llave, y ponerla en PRI…!
Momento en el que arrancó!! Albricias!!!
Con que, ni cortos ni perezosos… ya nos tenéis a los tres de nuevo en la ruta, hasta que “la niña” volvió a salirle de los cilindros pararse… (Sic)
Yo, aventurero soñador como soy, saqué unos de los pulpos que sujetaban la tienda… para atar la moto de Tito a la mía, y remolcarla hasta Pina por el arcén.
Pues ciertamente, quedaban menos que poquitos kilómetros…
Pero al bueno de Escacs, no le dio tiempo a poner los intermitentes para señalizar la maniobra… cuando el pulpo –que tenía sus añitos-, petó sin compasión… cuando la Intruder de Tito apenas había recorrido unos centímetros…!!
Hasta los huevos, le di la vuelta a la llave de paso de la gasolina, “creyendo” ponerla en reserva… y de nuevo arrancó, para pararse en unos centenares de metros…
Qué suplicio!! Mecagüenlaputa!!!
Pero ahí, Tito estuvo largo, y se dio cuenta de mi error… volviendo a colocar la llave –ésta vez sí- en posición de reserva.
Con lo cual, la moto arrancó sin problemas… y pudimos tirar para Pina sin más paradas!!! Yuju!!!
Y así, fue como dimos con el porqué de las cosas… je, je, je…
Resulta, que Tito no llenó el depósito como hicimos todos tras el almuerzo.
Convencido de conocer la autonomía de su vehículo, no cayó en la cuenta que en algunos tramos, se veía obligado a bajar marchas, y meter gas… Y en esas circunstancias, el consumo se dispara descontroladamente. Y claro, se quedó sin gasolina…
Pero como esa no era una posibilidad a tener en cuenta, cuando la moto apenas había recorrido un sesenta por ciento de su autonomía habitual… Tuvimos que descubrirlo por deducción y evidencia… je, je, je…
Total, que Tito dudo yo que vuelva a quedarse sin llenar la próxima vez que paremos todos… Pues menudo susto se llevó!!
Pero en fin. Bien está lo que bien acaba…
Y así fue como llegamos a Pina, marcando un nuevo récord en nuestras rutas:
Tito y yo, salimos de Sitges a las cinco y veinte de la mañana… y llegábamos a Pina, casi siete horas más tarde…!!! Je, je, je…
Continuará...