Un hombre llega a su casa después del trabajo y le dice su mujer:
- Cariño, ¿puedes arreglar la cisterna que está rota?
- Cariño, ¿acaso soy fontanero? Pues entonces...
Al día siguiente le vuelve a decir ella:
- Cariño, ¿puedes arreglar la pata de la silla que se rompió?
- A ver cariño... ¿acaso soy carpintero? Pues entonces...
Al día siguiente llega el hombre a casa y casualmente la cisterna y la pata de la silla estaban arregladas y dice:
- ¿Han venido el carpintero y el fontanero?
- No, lo ha arreglado el vecino.
- No me digas... ¿y te ha cobrado?
- No, me ha dado a elegir entre hacerle una tarta o hacerle el amor.
El hombre enojado responde:
- Supongo que le habras hecho la tarta, ¿no?
- A ver cariño... ¿acaso soy pastelera? Pues entonces...
NaCluT!!!