Los trucos de Pujol...
Publicat: dl., 16 maig 2011, 07:19
Palacio real. Cena de celebración del cumpleaños del rey.
Asisten a la cena personalidades de la realeza, política...
En esto que los invitados se sientan a la mesa... y deslumbrada por el lujo de la misma, Ana Botella le dice a su marido:
- Ay, José Mari, mira qué cubiertos más monos. De oro puro con brillantes y esmeraldas incrustados. Anda, porfa, cógeme uno de recuerdo!! Yo tengo que tener uno de ésos para casa...
- Pero Ana, por favor...
-¡¡¡Ni por favor ni leches!!! Tú me coges un cubierto ahora mismo.
- Bueno, bueno, no te pongas así.
Así que el ex-presidente disimuladamente, coge un cuchillo y se lo guarda en la chaqueta...
Justo enfrente del matrimonio Aznar se encontraban Jordi Pujol y su esposa, que vieron la faena. Marta, envidiosa, le dice a su marido:
- Anda, Jordi , cariño, cógeme tú uno a mí.
- Pero, Marta ¡por Dios!, ¿cómo voy a hacer eso?
- Que yo quiero uno, si la Botella va a tener uno, yo también. Y no me discutas...
- Bueno, lo que tú digas.
Así que, con el mismo disimulo que Aznar, Pujol se dispone a coger el cuchillo, pero su mano tonta, en la que tiene el tembleque, le traiciona... con la mala suerte que el cuchillo golpea varias veces
una copa... clin, clin, clin, clin, clin... Se hace un silencio y Pujol, sonrojado, sin saber qué hacer, se levanta y, para salir del paso, alza la copa y dice:
- Brindemos por su el rey Juan Carlos, por que cumpla muchos más. ¡¡¡Felicidades!!!
Todos brindan y Pujol se sienta, aliviado.
- De verdad, Jordi , qué torpe eres. Pero yo no me quedo sin mi cuchillo, así que ya lo estás cogiendo.
- Pero, Marta, cariño, ya ves que no puedo. Déjalo estar.
- Que no, que no y que no... que la Botella tiene su cuchillo y yo también quiero uno.
- Ufff, de verdad, que mira que te pones pesadita... pero, en fin, la verdad es que el cubierto es valioso...
Así que de nuevo se dispone a coger el cuchillo, pero nuevamente su mano le traiciona y vuelve a golpear la copa... clin, clin, clin,clin, clin... una vez más, se hace un silencio sepulcral, por lo que Pujol tiene que ponerse de nuevo en pie y dice:
- Un brindis por la reina Sofia. Por ser tan buena anfitriona y estar tan guapa. ¡¡¡Sofía, guapa!!!
Todos brindan y Pujol se sienta de nuevo, aliviado.
- ¡¡¡Eres un inútil!!! No eres capaz de coger para mí un miserable cuchillo.
- Pero es que...
- ¡¡¡Ni es que ni nada!!! Quiero mi cuchillo y lo quiero ahora.
- Pero no puede ser, ya ves que mi temblorosa mano no me lo permite...
- ¿Que no te lo permite? Pues ya te lo puede ir permitiendo, porque como no me consigas el cuchillo ahora mismo, te monto el espectáculo aquí delante de todo el mundo.
- Pero no seas así...
- Ni así ni nada. Ya me lo puedes ir cogiendo. Y como metas la pata, suelto delante de todo el mundo que me divorcio de ti.
Así que Jordi, ante la furia de su mujer, decide volver a intentar coger de nuevo el cuchillo, pero... clin, clin, clin, clin ,clin...
Silencio total, sudores fríos recorren su frente. Se pone en pie y, viendo la cara de furia de su mujer, dice:
- Permítanme que les haga un truco de magia. ¿Ven este cuchillo que tengo en mi mano? Pues lo voy a hacer desaparecer. Lo introduzco en mi chaqueta, doy unos pases mágicos y... flus, flis, flas... ¡¡¡José Mari, mírate la chaqueta!!!
NaClu2!!!!
Asisten a la cena personalidades de la realeza, política...
En esto que los invitados se sientan a la mesa... y deslumbrada por el lujo de la misma, Ana Botella le dice a su marido:
- Ay, José Mari, mira qué cubiertos más monos. De oro puro con brillantes y esmeraldas incrustados. Anda, porfa, cógeme uno de recuerdo!! Yo tengo que tener uno de ésos para casa...
- Pero Ana, por favor...
-¡¡¡Ni por favor ni leches!!! Tú me coges un cubierto ahora mismo.
- Bueno, bueno, no te pongas así.
Así que el ex-presidente disimuladamente, coge un cuchillo y se lo guarda en la chaqueta...
Justo enfrente del matrimonio Aznar se encontraban Jordi Pujol y su esposa, que vieron la faena. Marta, envidiosa, le dice a su marido:
- Anda, Jordi , cariño, cógeme tú uno a mí.
- Pero, Marta ¡por Dios!, ¿cómo voy a hacer eso?
- Que yo quiero uno, si la Botella va a tener uno, yo también. Y no me discutas...
- Bueno, lo que tú digas.
Así que, con el mismo disimulo que Aznar, Pujol se dispone a coger el cuchillo, pero su mano tonta, en la que tiene el tembleque, le traiciona... con la mala suerte que el cuchillo golpea varias veces
una copa... clin, clin, clin, clin, clin... Se hace un silencio y Pujol, sonrojado, sin saber qué hacer, se levanta y, para salir del paso, alza la copa y dice:
- Brindemos por su el rey Juan Carlos, por que cumpla muchos más. ¡¡¡Felicidades!!!
Todos brindan y Pujol se sienta, aliviado.
- De verdad, Jordi , qué torpe eres. Pero yo no me quedo sin mi cuchillo, así que ya lo estás cogiendo.
- Pero, Marta, cariño, ya ves que no puedo. Déjalo estar.
- Que no, que no y que no... que la Botella tiene su cuchillo y yo también quiero uno.
- Ufff, de verdad, que mira que te pones pesadita... pero, en fin, la verdad es que el cubierto es valioso...
Así que de nuevo se dispone a coger el cuchillo, pero nuevamente su mano le traiciona y vuelve a golpear la copa... clin, clin, clin,clin, clin... una vez más, se hace un silencio sepulcral, por lo que Pujol tiene que ponerse de nuevo en pie y dice:
- Un brindis por la reina Sofia. Por ser tan buena anfitriona y estar tan guapa. ¡¡¡Sofía, guapa!!!
Todos brindan y Pujol se sienta de nuevo, aliviado.
- ¡¡¡Eres un inútil!!! No eres capaz de coger para mí un miserable cuchillo.
- Pero es que...
- ¡¡¡Ni es que ni nada!!! Quiero mi cuchillo y lo quiero ahora.
- Pero no puede ser, ya ves que mi temblorosa mano no me lo permite...
- ¿Que no te lo permite? Pues ya te lo puede ir permitiendo, porque como no me consigas el cuchillo ahora mismo, te monto el espectáculo aquí delante de todo el mundo.
- Pero no seas así...
- Ni así ni nada. Ya me lo puedes ir cogiendo. Y como metas la pata, suelto delante de todo el mundo que me divorcio de ti.
Así que Jordi, ante la furia de su mujer, decide volver a intentar coger de nuevo el cuchillo, pero... clin, clin, clin, clin ,clin...
Silencio total, sudores fríos recorren su frente. Se pone en pie y, viendo la cara de furia de su mujer, dice:
- Permítanme que les haga un truco de magia. ¿Ven este cuchillo que tengo en mi mano? Pues lo voy a hacer desaparecer. Lo introduzco en mi chaqueta, doy unos pases mágicos y... flus, flis, flas... ¡¡¡José Mari, mírate la chaqueta!!!
NaClu2!!!!