Lo que importan son los resultados...
Publicat: dv., 06 maig 2011, 09:07
Había una vez, en un pueblo, dos hombres que se llamaban
Joaquín González.
Uno era sacerdote el otro era taxista. Quiere el destino que los
dos mueran el mismo día..
Entonces, llegan al cielo, donde les esperaba San Pedro.
- ¿Tu nombre? - pregunta San Pedro al primero.
- Joaquín González.
- ¿El sacerdote?
- No, no; el taxista.
San Pedro consulta su planilla y dice:
- Bueno, te has ganado el Paraíso. Te corresponden estas túnicas
de seda con hilos de oro y esta vara de oro con incrustaciones de
rubíes. Puedes pasar.
- Gracias, gracias... - dice el taxista.
Pasan dos personas más, y luego le toca el turno al otro Joaquín,
quien había presenciado la entrada de su paisano.
- ¿Tu nombre?
- Joaquín González.
- ¿El sacerdote?
- Sí.
- Muy bien, hijo mío. Te has ganado el Paraíso. Te corresponde esta bata
de poliéster y esta vara de plástico.
El sacerdote dice:
- Perdón, no es por presumir, pero... Debe haber un error. ¡Yo soy Joaquín
González, el sacerdote!
- Sí, hijo mío, te has ganado el Paraíso, te corresponde la bata de...
-¡No, no puede ser! Yo conozco al otro señor, era un taxista, vivía en mí
Pueblo, ¡era un desastre como taxista! Se subía a las aceras, chocaba
todos los días, una vez se estrelló contra una casa, conducía muy mal,
tiraba los postes de alumbrado, se llevaba todo por delante.
!Y yo me pasé cincuenta años de mi vida predicando todos los domingos en la
Parroquia! ¿Cómo puede ser que a él le toque una túnica con hilos de oro y
vara de Platino y a mí esto? ¡Debe haber un error!
- No, no es ningún error- dice San Pedro.
Lo que pasa es que aquí en el cielo ha llegado la globalización con sus
nuevos enfoques administrativos. Nosotros ya no hacemos las evaluaciones como
antes.
- ¿Cómo? No entiendo...
- Claro, ahora nos movemos por objetivos y resultados. Mira, te voy a explicar
tu caso y lo entenderás enseguida:
Durante los últimos cincuenta años, cada vez que tú predicabas, la gente se
dormía; pero cada vez que el taxista conducía, la gente rezaba y se acordaba
de Dios. Entonces, ¿quién vendía más nuestros servicios?
Nos interesan los resultados, hijo mío...
NaClu2!!!
Joaquín González.
Uno era sacerdote el otro era taxista. Quiere el destino que los
dos mueran el mismo día..
Entonces, llegan al cielo, donde les esperaba San Pedro.
- ¿Tu nombre? - pregunta San Pedro al primero.
- Joaquín González.
- ¿El sacerdote?
- No, no; el taxista.
San Pedro consulta su planilla y dice:
- Bueno, te has ganado el Paraíso. Te corresponden estas túnicas
de seda con hilos de oro y esta vara de oro con incrustaciones de
rubíes. Puedes pasar.
- Gracias, gracias... - dice el taxista.
Pasan dos personas más, y luego le toca el turno al otro Joaquín,
quien había presenciado la entrada de su paisano.
- ¿Tu nombre?
- Joaquín González.
- ¿El sacerdote?
- Sí.
- Muy bien, hijo mío. Te has ganado el Paraíso. Te corresponde esta bata
de poliéster y esta vara de plástico.
El sacerdote dice:
- Perdón, no es por presumir, pero... Debe haber un error. ¡Yo soy Joaquín
González, el sacerdote!
- Sí, hijo mío, te has ganado el Paraíso, te corresponde la bata de...
-¡No, no puede ser! Yo conozco al otro señor, era un taxista, vivía en mí
Pueblo, ¡era un desastre como taxista! Se subía a las aceras, chocaba
todos los días, una vez se estrelló contra una casa, conducía muy mal,
tiraba los postes de alumbrado, se llevaba todo por delante.
!Y yo me pasé cincuenta años de mi vida predicando todos los domingos en la
Parroquia! ¿Cómo puede ser que a él le toque una túnica con hilos de oro y
vara de Platino y a mí esto? ¡Debe haber un error!
- No, no es ningún error- dice San Pedro.
Lo que pasa es que aquí en el cielo ha llegado la globalización con sus
nuevos enfoques administrativos. Nosotros ya no hacemos las evaluaciones como
antes.
- ¿Cómo? No entiendo...
- Claro, ahora nos movemos por objetivos y resultados. Mira, te voy a explicar
tu caso y lo entenderás enseguida:
Durante los últimos cincuenta años, cada vez que tú predicabas, la gente se
dormía; pero cada vez que el taxista conducía, la gente rezaba y se acordaba
de Dios. Entonces, ¿quién vendía más nuestros servicios?
Nos interesan los resultados, hijo mío...
NaClu2!!!