Companys... aquí os dejo una pequeña croniquilla de la escapadeja del domingo pasado.
Almuercete en CUBELLES.
El pasado día diecisiete, ante la poco concurrida lista… y tras comprobar que El Gran Manitou –como casi cada año- decidió regalarnos la semana siguiente a La Cabra Mocha, el frío que no pasamos en ella… decidimos aplazar nuevamente –y por tercera vez- la salida bocadillera a Begues.
Ya que estando sólo Pitu y un servidor apuntados en la lista… no nos apeteció nada meternos el bocata con el culo pegado a un banco de cemento helado como el témpano.
Así que el día antes de la salida acordamos aplazar ésta –al día cinco de abril-, y para el dieciocho buscar una escapadeja más cálida, cómoda, e infinitamente amena.
La idea primera que tuve, fue hacer una mini-rutilla hasta mi pueblo natal –Vilanova i la Geltrú, también llamado “L’Havana xica”- y allí pegarnos un almuercete gustoso en alguno de los garitos que me bullían en la cabeza. Y luego… ir –como estaba planeado- a echar la cervecita en Sitges –La Blanca Subur-, donde nos juntaríamos con mi querida media naranjuela… que vendría con un recado muy simpático para Pitu.
Así pues… así quedó el planteamiento para la mañana del pasado domingo…!
La mañana en cuestión amaneció –como era de esperar- gélida como el hielo. Si no fuera porque ya tenemos costumbre de llevar ropa térmica… se nos hubieran puesto los pezones como pulgares de gorila con solo pisar la calle! Je, je, je…
Personalmente, disfruté como un enano la ruta hasta Vilafranca. Y es que… las rutas de invierno, tienen un algo especial que no tienen las de épocas menos frías. Imagino que es por eso que las concentraciones celebradas en esa época se recuerdan con mucho más cariño, y se comentan mucho más sus rutas… aún años después de haberlas realizado.
Llegué a la Sede… y para cuando llegó nuestro Secretario, ya me había cascado un cafelote. Así que el segundo lo tomé elucubrando con él, sobre lo que haríamos esa mañanuela…
…o lo que es lo mismo, le hice el planteamiento ideado el día anterior… y ante el frescote carajote de la carretera, y la idea de rutear directamente a destino… decidimos darle briza a las riendas de lo corceles… para encontrarnos cuanto antes sentados ante sendos almuerzos domingueros...!! Je, je, je…
La putada fue que todos los garitos que me venían a la mente, y cuyas pitanzas bien valían la visita… por una u otra razón, estaban cerrados!
Cagüen la puta de oros…
Fuimos al “Mónaco”. Chapado…
Fuimos al “Apolo”… Cerrado.
Fuimos a Gallina Blanca, para llenar el buche de brasa… La verja puesta, y ni un alma!!
Así que decidí llevar nuestros pasos hasta Cubelles, donde a priori pensé en almorzar en el “Salut i benzina”… pero en el último momento me acordé de un garito donde me llevó mi padre… y para allí que fuimos! Que no veas cómo se zampa!! Je, je, je...
El local en si… “Mesón Barbacoa” creo que se llama, estaba a petar. Condición ineludible de cualquier garito dominguero que de bien de zampar…
Pillamos mesa… -llamé a mi padre, que vive cerca, por si quería acompañarnos… pero sólo pudo compartir los cafelotes- …y pedimos almuercete.
Unos pinchos de jabalí, acompañados de pimiento verde… unas bravas, all i oli, y los bebercios!
Qué bueno estaba todo…!!
Qué bueno, qué tierno… y qué a gusto nos pusimos hasta el tercer ojo, al tiempo que comentábamos temas varios intrascendentes, que nos hicieron el almuerzo –si cabe- mucho más ameno.
Luego, llegó mi padre. Con quien compartimos cafelotes y chupitos de yerbas… y lamentablemente, muy poquito tiempo. Ya la corta pasaba sensiblemente las once del día… y era cuestión de poner rumbo a La Blanca Subur, si queríamos cervecear tranquilamente y sin mirar el reloj. Pues mi menda lerenda ese día currelaba de tarde… (Sic)
Así que nos despedimos de mi padre, prometiéndonos coincidir en breve… y celebrar suculento almuerzo… je, je, je…
La rutica hasta Sitges, por la vía rápida. Sin prisas… pero sin pausas. Y para más señas… sin apenas curvas.
Cogimos la variante… y no la soltamos hasta que nos metimos en la autopista. Pero justo pusimos las gomas en ella… nos salimos para entrar en Sitges por la recta “de la mata”.
Vamos, que ese día la ruta brilló por su sencillez… su ausencia de curvas… Y porque la dedicamos “estrictamente” al mero hecho de desplazarnos.
Sin buscarle los valores y el sentido que nos enamora…
Pero es que ciertamente, el día no acompañaba mucho. Y al movernos en un radio tan reducido… no quisimos buscarle más vueltas al tema. (Y nunca mejor dicho…)
Llegamos a Sitges, aparcamos frente a “Can Gregori”… y cinco minutos después, llegaba Eolia con un verde recado para Pitu...
Un precioso Juniperus Procumbens Nana que nos hemos afincado, y que –esperamos- se convierta en un precioso ejemplar cuando “le metamos mano” dentro de unas semanas… je, je, je…
Luego echamos las cervecitas de rigor, al tiempo que despachábamos unas sabrosas aceitunas machacadas… y poco después –justo antes de ordenar la segunda ronda- decidimos dar por terminado el encuentro.
Despedirnos cariñosamente…
…y retirarnos –cada mochuelo a su olivo- a esperar pacientemente la próxima aventura AMICUS…!!
Oh, yeah…!!!
NaCluT!!!